Cambiarle el nombre a las cosas

Gery Gerena
2 min readJul 21, 2022

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Soy informático, trabajo de hace > 15 años en el área.

De hace algún tiempo venimos con mi equipo, en mi actual trabajo, hablando sobre “Arquitectura hexagonal”. El nombre suena a algo fancy, más del rubro de la arquitectura.

Arquitectura hexagonal, imagen de Alistair Cockburn.

Se trata de separar la lógica del negocio en un “centro” el que se comunica con el mundo exterior vía puertos/adaptadores para la entrada/salida.
En la práctica es algo que ya vi hace > 10 años atrás en otra empresa, con otras tecnologías, otros fines. En esa época tenía otro nombre.

Una producción en Ensemble/IRIS, imagen de Intersystems.

Otro ejemplo en la misma área: hace algunos años se viene hablando de Big Data, antes se le llamaba Datawarehouse, antes que eso quizás tendría otro nombre y de seguro en el futuro alguien le pondrá otro más.
De seguro hay muchos mas ejemplos en mi área que apliquen la misma idea.

¿Qué tanto aporta cambiar el nombre del concepto si sigue siendo lo mismo?
Quizás si es que se está “vendiendo” un concepto, ponerle un nombre nuevo aporta, amparado en esa necesidad inherente a muchos seres humanos que es buscar algo nuevo.
Eso mismo puede jugar en contra si lo que se trata es de convencer a personas acostumbradas a conceptos tradicionales a que acepten o aprueben los conceptos, mismos que ya conocen, pero con otro nombre.

¿Por qué salir a decir que se va a cambiar el cargo de primera dama si es sólo un cambio de nombre?

Y mas recientemente, ¿para qué cambiar el nombre de SENADO por otro que apenas si da a entender de qué se trata y es lo mismo?

A lo que voy es: quizás se hace mas daño que bien sólo cambiarle el nombre a las cosas.

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